Aunque la superioridad de los visitantes era evidente, lamentablemente, la agresividad del "dueño" de los Tiburones salió a relucir, mandando a sus jugadores a lastimar a los contrarios, además de proferir palabras altisonantes e insultos a los jugadores contrarios y hasta con algunos de los propios, creando un clima de tensión a lo largo de ambos partidos.
Los silbantes tabasqueños iniciaron el sábado por la noche, pitando bien, con algunos errores, pero en general bien, para la segunda mitad se volvieron absolutamente localistas, tanto que parecia que querian revertir el apabullante triunfo de los Cahuameros, por mas de 50 puntos. El domingo el arbitraje estuvo ligeramente mejor, pero siempre a favor del que los contrató, aunque no por eso se salvaron de las mentadas y demás insultos del dueño de los Tiburones y sus allegados
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